Hoy me desperté a mis 4:00 am -digo la hora- porque al otro
lado del mundo alguien está terminando su jornada laboral, cuando la mía ni
comienza.

Aprendí a querer a este día por decisión, le fui encontrando
razones para hacerlo especial -así fue- y así sigue siendo. No hay un miércoles
que no le agradezca su simbolismo, a veces en silencio.
Quien me conoce sabe que me encantan las analogías, el
miércoles es como el hombre que decidí amar -y a medida que pasaba el tiempo-
le fui descubriendo bondades las cuales admirar, tal como sucede cuando decides
pasar del encantamiento al amor. No somos responsables de sentir atracción,
pero sí de enamorarnos, ese prenderse de alguien por sus cualidades, tiene que
ver con nuestra atención selectiva.
Todos sabemos cuándo nos estamos enamorando, algunas veces
nos lanzamos al sentimiento sin freno alguno, otras en cambio, nos detenemos a
tiempo. Me gusta estar ilusionada, me hace sentir tan viva como montar en la
montaña rusa-pero no me gusta sufrir-soy de esos seres que al probar un poco de
dolor no se queda a esperar el sufrimiento. Una vez quise ir más allá del
umbral del dolor-y regresar-fue difícil.
Me gusta escribir con nombre y apellido, me gusta amar con
su miércoles incluido, me gustan los comienzos que no tienen fin, me gustan las
voces sinceras, me gustan los barcos en sus aguas y ver las aves volar, me
gusta lo que es y lo que será, me gustas conmigo, aunque hoy me gustes sin mí.
TE QUIERO... HASTA EL MIÉRCOLES.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Motivo de consulta?
¿Desde qué país me escribes?