Un leve sonido cerca de tu oído, soy yo susurrándote que
quiero estar contigo.
Imagina por un momento que caminé sigilosamente hacia ti, en el sentido de las agujas del reloj, pero sin tiempo, con un espacio marcado entre tu corazón y el mío.
Imagina por un momento que caminé sigilosamente hacia ti, en el sentido de las agujas del reloj, pero sin tiempo, con un espacio marcado entre tu corazón y el mío.
Imagina que te respiro cerca y que mis labios rozan
suavemente tu cuello, no ves mis ojos, pero sabes que los cierro como expresándote
que estoy sumida en el abismo de tu alma-en tanto tú, entras en una especie de
balanceo, con movimientos sutiles hacia mi cintura, estoy allí…me quedo
contigo.
Mis dedos se separan lentamente para entrar poco a poco por
tu nuca, suben apretando tu cuero cabelludo sin mucha presión, formando una
buena dupla con tu cabello, te digo tu nombre y tú dices el mío.
Ahora es el momento donde nuestros cuerpos comienzan a
temblar, llegó la hora de cruzar miradas y de sentir que todo queda grabado
como la mejor fotografía, es nuestro primer contacto con la realidad que tanto
evadimos, ya no hay escapatoria, porque antes de vernos por primera vez, ya tú
eras mío.
En el cuarto párrafo, en una de esas palabras se me perdió
la “E”, que completaba tu nombre.
Te quiero con el alma y eso es para siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¿Motivo de consulta?
¿Desde qué país me escribes?