miércoles, julio 22, 2020

EL SILENCIO Y NUESTRO YO

¿Qué tal ha sido encontrarte contigo mismo en todo este tiempo? ¿Te gustas más? ¿Te asustó lo que viste? ¿Lograste evadir lo que no te agradó o aprovechaste para mejorarlo?

Mirar para adentro de nosotros mismos no es algo que está inculcado en nuestra cultura, la sociedad nos programó para que vayamos rellenando las 24 horas de actividades que pueden no ser satisfactorias, si no más bien expiación de culpas. 


Mucha gente no logra acuerdos con sus propios pensamientos, el tener tanto tiempo "de sobra" ha podido generarle mucha angustia, otra lo tomó como una desintoxicación de aquello que le perturbaba, otros lograron reconocer aquello que no era indispensable, y existe otro grupo que todavía anda en negación, estos últimos andan anclados en novelas ajenas. 


Lo más importante de este encuentro con nosotros mismos, es reconocer que somos completamente responsables de lo que hacemos y de lo que dejamos de hacer, que la gente que está a nuestro alrededor es nuestro reflejo, pero no los encargados de hacernos felices y nosotros tampoco a ellos. 


Si este tiempo libre te enseñó a armar tu kit de emergencia o a aprender a ponerte la mascarilla de oxígeno de un avión a punto de caer, eso quiere decir que lograste encontrar esas herramientas necesarias para contrarrestar la fragilidad de la vida.


El aprendizaje está en comprender que si queremos que afuera algo cambie, el cambio debe emanar de nosotros. 


                                 La responsabilidad es la respuesta a todas nuestras preguntas.


Ejercicio: graba una nota de voz contándote un cuento acerca de ti, luego lo escuchas como si fueses un gran amigo(a), trata de prestar muchísima atención sin juicios de valor y escucha no para contestar, si no para entender. Notarás el cambio que produce cuando vemos los eventos desde otro lugar. 


                                 «No es lo mismo ver una obra de teatro, que ser el actor principal»

No hay comentarios: