viernes, septiembre 28, 2012

LOS TATUAJES Y SU GENTE


Los tatuajes son mensajes que se plasman en la piel, son huellas que se marcan a conciencia, dejando grabado lo que queremos perpetuar.

¿De dónde datan los tatuajes? Datan desde la época antigua; se desconoce su fecha exacta, pero aproximadamente hace más de dos mil años antes de Cristo-siendo así-podemos decir que nos tatuamos en un rango de cinco mil años ¿Se imaginan? Hay gente que todavía se asombra porque alguien lo haga ¿Por qué sucede eso? ¿La sociedad no evoluciona? ¿Antes era más aceptada que ahora? ¿Cuáles son las razones y los tiempos del tatuaje?

El tatuaje en la antigüedad tenía un significado más trascendental-espiritual o tal vez esa era su percepción del evento, ya que hasta podríamos decir que actualmente lo es de acuerdo a quien se lo coloque. Es común pensar que al estar tan alejado de lo que hoy denominamos moda, se vea como un ritual de transformación que les permitía distinguirse de algo o alguien. Existe cierta analogía que suelen hacer al respecto, tal es el caso de los animales que marcan para identificarlos de las reses ajenas. Viéndolo de la forma anterior, el tatuaje vendría a ser una marca que nos hacemos para saber que somos nuestro ¡Extraño caso! Digno de estudio.

En la sociedad actual podemos decir que todavía restringe en el desempeño laboral, sobre todo en empleos donde predomina la atención al público. Muchos padres niegan rotundamente a sus hijos el realizárselo porque temen que sean excluidos del sistema, alegan que no van a ser bien vistos y que es una flagelación corporal, aunque existen extremos de los cuales sería nadar en aguas profundas el señalarlos.

El tatuaje se puede clasificar por: la edad, momento de la historia, objetivo-finalidad y cantidad. Cuando se menciona la edad es casi condición sine qua non que ocurra en la adolescencia; etapa de rebeldía, de buscar pertenencia grupal, de tomar una postura “adulta” (adopción de postura). También se realiza en la madurez como muestra de que es posible tomar decisiones a destiempo, de que se tiene la capacidad de modificar el cuerpo sin la prohibición externa, muchos casos no tienen que ver directamente con que se lo hayan negado y ni siquiera con que lo haya querido antes, son procesos que se presentan en períodos diferentes. También se menciona el momento de la historia, ya que no es igual un tatuaje cuando no existían los aparatos sofisticados de hoy que en la antigüedad, antes podía ser tomado como una especie de masoquismo, de daño por algún sentimiento de culpa, de demostración de fuerza y coraje entre otros que indiquen que el dolor es parte de ese proceso. En pleno siglo XXI cuando el dolor es casi imperceptible por el moderno artefacto que lo realiza aunado a las elevadas condiciones de sanidad, con lo menos que puede asociarse es con la sensación de “pégame para saber que siento”.

En cuanto a objetivo o finalidad se encuentra lo que se dibuja, si tiene un significado muy especial para quien se lo coloca y va estrechamente ligado con él o con sus afectos, si es un recordatorio para no decaer en algo ya superado, si indica un momento de su vida donde experimenta una transformación o hasta pudo haber sido una promesa en un instante de locura (de esas difíciles de zafarse)

Si se lo coloca en un lugar visible a todos o por el contrario queda solo para ser visto para si y su pareja en un momento íntimo. Los tatuajes que se muestran suelen significar expresión sin temores y una fuerte carga de exhibicionismo; los ocultos y/o a espaldas muestran reserva, cierta timidez, poca búsqueda de aprobación o desaprobación de acuerdo al caso. Con relación a la cantidad de tatuajes, mucho se dice, que al hacerse el primero queda una especie de vicio por ellos, que siempre se va en búsqueda de más, tal vez tenga que ver con la sensación de lograr aquello que transgredió lo único que considera suyo…su cuerpo.

“La mente y el cuerpo se asocian para colocar cicatrices de dolores desconocidos”

Petry Rodríguez.