Mi amante, ese ser que en la oscuridad me enseña a mirar las estrellas, que
me acepta mis defectos sin chistar, es con quien puedo ser yo sin tapujos, es a
quien le exijo sexo salvaje sin apenarme y con quien alcanzo los mayores
orgasmos, por mi amante siento pasión y mucho placer, la risa es la constante. Nuestra única carencia es el tiempo, y la abundancia, los sueños.
Con mi amante soy disruptiva, las leyes no son nuestro deber ser, el Superyo que describe Freud en su primera tópica no existe, somos un cúmulo de ELLO, jugamos todo el tiempo al amor, todo lo hacemos al extremo sin pensar en el mañana.
Mi amante, conoce muy bien mi mayor fortuna, mis hijos; dentro de él se
formaron sin conocer que lo amaba tanto.
Mi amante siempre está para mí-no tiene condiciones-pocas veces lo he
visto molesto y en ocasiones con su silencio me pregunta si algún día seré solo para él, suelo
responer que cuando las condiciones se den, cuando mejoren las circunstancias.
Mi amante hace cosas indescriptibles por mí; es impulsivo, voraz, aguerrido
y a su vez sublime como el viento, de él aprendí el valor de la constancia,
alimenta mi alma cuando más lo necesito-me comprende- pero yo no puedo ser
solo para él.
Con mi amante he experimentado los mejores momentos de mi vida, soy la
perenne adolescente, de esas historias que solo contamos a los nietos; hacemos planes que ambos sabemos (en el fondo) que jamás se harán realidad, nos
mantiene unidos la esperanza.
Lo que más me gusta de mi amante es que no tengo miedo a perderle-si ya no
lo tengo-agradeceré los momentos a su lado y los reviviré en cada recuerdo que
ose despertar.
Me gusta mucho mi amante, no hay nada que nos ate, por eso nada nos
desunirá; no hay familia que visitarle a la cual caerle bien, no hay cuenta por
la cual discutir, no hay tapa del baño que bajar, no hay paño mojado que
moleste, no hay calificaciones de hijos que ir a resolver al colegio, no hay
enfermedad que curar, no hay vicios que corregir.
Si me preguntan ¿Por qué no te quedas con tu amante?
Mi respuesta siempre será la misma, no me brinda la seguridad de un hogar, no
hay leyes que cumplir, no hay normas que generen límites, no hay posibilidad de
llamarlo mi señor, no se respeta y no puede merecer mi respeto, es muy permisivo
y no creo que sea ejemplo para mis hijos. Mi amante está muy bien para unos
buenos ratos, pero no me imagino una vida a su lado, me resta paz y
tranquilidad.
A decir verdad, a mi amante no le tengo confianza, no siento estabilidad
emocional y eso no lo veo negociable. Siempre he pensado que más que pasión en
una relación duradera, se necesita saber que pase lo que pase...no te fallará.
En mi hogar duermo, con mi amante sueño. Desde mi hogar puedo explorar mi
libertad.
Mi amante es mi país, Venezuela y a pesar de que le amo, estoy segura que no
puedo vivir en él...por ahora. "La esperanza no es un valor que adiciona, sin duda es, la prolongación de la agonía"
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