miércoles, febrero 17, 2016

EL MIEDO AL MIEDO



Hay  un tópico que me apasiona mucho en el campo psicológico, el miedo en el ser humano; la mayoría de mis cuasi-investigaciones giran en torno a ese fenómeno, su causa y efecto me parecen con mucha tela que cortar.

El miedo es una respuesta emocional a una representación amenazante, real o imaginaria. El organismo no sabe identificar esa diferenciación generada por la mente. En dicho proceso, de forma fisiológica comienzan a ocurrir una serie de alteraciones, tales como: el hígado segrega más azúcar para aumentar el aporte energético, las glándulas suprarrenales destilan mayores cantidades de adrenalina, los músculos se tensan, la respiración se acelera a fin de aumentar el aporte de oxígeno, el corazón bombea más a prisa y la sangre se reparte de forma selectiva, todo esto ocurre de forma inmediata y en la búsqueda de dos alternativas “huir o atacar” pero ¿Qué pasa cuando el evento amenazante solo ocurre en nuestra mente? ¿De qué huimos o a quien atacamos? Acaso toda la sudoración, los temblores, la garganta seca, y las demás reacciones físicas producto de la alerta ¿Se quedan a la expectativa sin procesar lo que ocurre realmente afuera? ¿Crees realmente que puedes engañar a tu cuerpo por mucho tiempo? ¿Le vas a seguir emitiendo señales de alerta cuando en realidad no existe nada que atente contra su supervivencia?

¿Alguna vez te has quedado paralizado ante el miedo? Esta es la respuesta para la que menos está preparado el cuerpo ¿Por qué ocurre esto? Porque tu cuerpo no se preparó realmente para lo que percibió después, es la reacción menos favorable y por ende se produce un bloqueo en donde no hubo congruencia o como decimos en psicología “disonancia cognitiva” un choque del evento real con el imaginario.
Algunas personas (más de las que se debería) le temen a hablar en público y el cuerpo interpreta ese miedo como algo amenazante, dicho esto, aprende a generalizar cada vez en aumento, convirtiendo a ese individuo en un huidor, todo eso ocurre cuando dicha persona no trabaja dicha emoción para llevarla al campo de la realidad, ya que colocándolo en perspectivas reales ¿Qué te puede pasar en un escenario? Lo máximo es que se rían de ti y ya eso es ganancia, al menos le brindaste felicidad a otras personas.

No se trata de minimizar los eventos que nos evocan el miedo, se hace referencia a darle su justa medida-y la verdad-que a menos que estés frente a un auditorio de tigres y leones o seas el presidente de una nación, con una amenaza de muerte decretada y hayan dejado entrar a tus verdugos, la realidad es que tu vida no corre peligro.

El miedo al miedo va relacionado con todo lo anterior mencionado, en tu intención clara de huirle a esas sensaciones, le vas otorgando un sitial de honor en tu vida, a un punto tal, que evitas todo tipo de reacción que se le parezca.

Les voy a ejemplificar, por medio de situación que me ocurrió hace algunos años, producto de haber ingerido una sustancia estimulante en forma abrupta (estaba “apurada”) y salí al transporte casi corriendo, cuando lo abordé, empecé a sentir que el corazón bombeaba a una velocidad que solo lograba cuando corría, empecé a sudar, la garganta se secó y veía todo perturbado a mi alrededor, creía que en algún momento iba a gritar (estaba ante lo que podría denominarse un ataque de pánico) pregunté si alguien tenía agua y la respuesta fue negativa, manifesté lo mal que me sentía y me dejaron bajar en un peaje donde me dieron asistencia médica, a los minutos logré recobrar la calma, me regresé a mi casa y en al menos los siguientes siete viajes experimentaba secuelas de aquel evento, me obligué a realizar viajes más lejos (de ocho horas) y a trabajar mis pensamientos al respecto, todo fluyó de forma positiva, obviamente si hubiese ocurrido un apareamiento, es decir, algún evento fortuito que confirmara mi teoría de que podría perder el control, todo se hubiese ido abajo, pero no fue así. Mi relato es a propósito de cómo podemos generalizar, discriminar y extinguir; todo va a depender de la forma como asumamos las circunstancias.

Los miedos se enfrentan para ir restándole una importancia que la mente les otorga, para eso se requiere mucho autoconocimiento, autocontrol, autoconfianza como herramientas claves.

¿Te quieres desprender de miedos innecesarios? Entrénate para la vida.

“Los miedos te pueden salvar la vida o arrancártela poco a poco, tú decides”


Petry Rodríguez. 



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