miércoles, junio 01, 2022

DEJARME CAER

 

Cuando la vida me presenta situaciones donde no está en mis manos la solución, aún siendo algo que me afecta mucho, suelo usar la técnica del apneista; bajo a todo pulmón sin ceder a la resistencia del agua, sin luchar contra ella, con la calma del desesperado voy entrando en lo profundo de mis emociones y sentimientos displacenteros, los dejo ser y estar por el tiempo necesario en que se tarden las fuerzas en llevarme de nuevo a la superficie-y sí-esa energía que emerge hace posible todo lo que vendrá, porque siempre existe la posibilidad de volver a bracear, de llegar a la orilla, de ver y disfrutar del sol...de nuevo. 


Hay un tiempo para llorar, por lo general es más corto que el de reír, solo que los seres humanos le damos mucho peso a las lágrimas-y a las risas-un peso pluma, ambos podrían formar un kilogramo ¿Se dan cuenta que las plumas siempre serán más? el volumen haciendo de las suyas en nuestra mente puede marcar una gran diferencia en nuestra vida, te invito a imaginar la escena donde tus risas abundan y tu llanto solo viene a hacerte rememorar el aprecio y la gratitud que debes tenerle a ambos. 


Soy de esas que se deja caer, hay un ejercicio que aplicaba en las dinámicas de confianza a los equipos de fútbol, consistía en que cada jugador se lanzara-con todo y miedo- a los brazos de otros jugadores que formaban una cama humana de manos entrelazadas, eso permitía que el cerebro asociara la seguridad con la cual lo atajaban y lo que ocurría en cada jugada dentro de la cancha, logrando así saber que los once estaban comprometidos con el mismo objetivo.

¿Tú? ¿Tienes tus brazos de confianza? ¿Tienes a esa persona donde te puedes lanzar cual piscina y que no te dejaría caer? está muy bien que cuentes contigo, pero la red de apoyo siempre será la fórmula perfecta para seguir adelante en los momentos donde tengas que dejarte caer.


Cuando me dejo caer suelo regresar con la energía de 12 tazas de café-cuando con solo una me pongo eléctrica-me dispongo a echar mano de todas las probabilidades de éxito que me presenta la vida, abro más los ojos, y mi mirada se vuelve compasiva ante aquel que amerite un toque de mi fortaleza. 


Gracias vida, querida vida, que siempre das revancha. 




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