¿Hasta qué punto una persona puede creerse algo muy alejado de su real personalidad? ¿Hasta qué nivel no se exponen a la mirada pública por el temor a ser descubiertos? ¿Cómo alguien puede un día hablar de tus canciones favoritas y del gusto más guardado que tienes? ¿En qué rincón de la mente humana se encuentra anclada una persona cuya vistosidad desaparece al hacerse presente? Dibujar un lienzo perfecto de ti, camuflado de casualidades
Siempre he sido curiosa de la conducta humana, me fascina descubrir que estamos inmersos en un bosque donde jugamos a encontrar enigmas.
¿Hay una vida? ¡Por supuesto! ajena a lo lejano, y más aún a lo cercano; andan estereotipados, impolutos, estables, rígidos, encasillados, logrando que otros lancen sus dados, observando el juego como si en un descuido cualquiera osarían lanzarlos, le temen a lo inesperado, y eso le permite esperar calmadamente. Habitan un mundo de certezas porque no saben vivir con el señalamiento que ellos mismos le hacen a otros, en ocasiones se creen irreverentes porque se comieron un pedazo de pastel estando a dieta, su mayor aval es poder ser altamente moral. Su gran justificación de niño fue la de haberse salido de la raya mientras dibujaba el margen del cuaderno "porque su compañero le tropezó"-y pide una oportunidad-porque aquello manchó la búsqueda de su perfección ¿El sufre? claro que sufre, solo que entendió que con eso podía más que con el admitir que falló, porque eso lo haría débil, y la sociedad rechaza a los débiles, los margina de la misma manera exacta conque se delimita cada página del cuaderno.
Hay algo muy cierto, no podemos andar mostrándole nuestras heridas a cualquiera que pasa por nuestro lado-pero para sanarlas se necesita lamerlas-y la ironía es que al menos alguien tiene que mostrárnoslas, porque al parecer somos expertos en camuflar el dolor.
Todos tenemos un lado bondadoso ¡Vaya que sí! solo que como en los discos de vinilo o en los casettes, es necesario darle la vuelta, así nos deleitamos con el álbum completo. No creo en las relaciones perfectas, pero sí en las que se dicen sus imperfecciones aunque sean susurradas al oído, en señal de: "Te conozco e igual me quiero quedar", si decírselo le hace huir, se está intentando esconder de sí mismo-y ahí siempre estará su espejo- del que no va a poder escapar porque cada día el sol se da a la tarea de aparecer, como aquella salida del margen, en el cuaderno de su niñez.
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