¿Cuando aparece la palabra marca que se les viene a la mente? Por lo menos a mi, se me dispara una nube que se posa sobre mi cabeza emulando una cicatriz, algo que queda grabado en nuestro cuerpo, una señal de que algo ocurrió; detrás de ella existe una vivencia, que probablemente y dependiendo de lo que el tiempo hizo con la misma, sea digna de detallar. Por eso es importante para el mercadeo de un producto o servicio contar con una historia que penetre las emociones del otro, una especie de complicidad, “yo no estuve ahí pero me lo contaron y por tanto soy parte de ello”, a partir de ahí el sentido de pertenencia cobra vida. Todo lo anterior son cadenas que se tejen a favor de la estampa.
La marca psicológica es lo que va intrínseco en la corporal, algunas ni logran verse, pero dejan una gran huella marcada en la memoria. Hay otros que se las hacen a sabiendas de, solo para dejar constancia de que fue su voluntad-tal es el caso de los tatuajes corporales-que son una forma de tomar la decisión de sus marcas, si unificamos las cicatrices a placer con las que nos hacemos a modo propio, se logra lo que deviene de la necesidad y el deseo.
La necesidad es algo que no se puede evitar, ni evadir por mucho tiempo en contraparte con el deseo que puede aminorarse al perderse el interés, sea éste razonado o no.
“La marca de mis deseos, no es la marca de mi necesidad”
Petry Rodríguez
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