jueves, octubre 17, 2013

CUANDO EL PENDEJO, NO SOY YO



Estamos a poco menos de dos meses de las elecciones municipales en Venezuela; un suceso, que ya parece un show de Olga Tañon-cada vez va menos gente por lo repetitivo-. Se podría pensar, que la cantidad de votantes se empequeñece por hastío o por una especie de “Ya no soy un pendejo”, no pueden jugar con las neuronas que haciendo sinapsis nos dan la información que consideramos correcta, es como si tuviéramos que dudar de nuestra capacidad individual para cederla a un colectivo, que no sabiendo lo que quiere, va en búsqueda de ello.

La incongruencia, es la desconexión que existe entre lo que pensamos, lo que decimos y lo que hacemos, tal vez no en ese orden y no todas en el mismo momento, pero es una disonancia en donde el cerebro entra en confusión, creándole una especie de distorsión que termina pasándonos más factura que el seniat.

Aplicando el método deductivo y haciendo un poco de análisis, se presenta el siguiente escenario “nuevas elecciones luego de seis meses de unas que fueron consideradas fraudulentas” es muy descabellado pensar ¿En qué momento se organizaron esas elecciones sin que tuvieran el debido freno concienzudo? ¿Por qué hemos llegado al punto de hablar entre dientes? ¿Qué nos ha pasado al señalar al ladrón con el dedo meñique? ¿En qué momento el miedo se metió en nuestra casa y le pasamos llave con nosotros adentro? Todo esto y más se analiza mientras una taza de té no se deja enfriar y unas ganas de montar en el avión el miedo y lanzarlo en alta mar.


Petry Rodríguez.


No hay comentarios: