domingo, septiembre 04, 2016

Aprendiendo a vivir sin respuestas


En ocasiones aprendemos en segundos, aquello que tuvimos frente a nuestros ojos toda una vida y no lo lográbamos ver. 

Se aprende que cada persona tiene una intensidad y una frecuencia, que no solo aplica en lo sexual, que hay tiempos que no sincronizan y que aquel que ose tocar la manecilla del reloj para adelantarla, ha perdido una gran oportunidad de pararse a comer algo, mientras dure los comerciales. La vida es una película donde siendo el protagonista, tienes la capacidad de interactuar con muchos actores. 

Siguiendo el hilo de la película de nuestra vida, al parecer cuando nos dan el libreto hay que atar muchos cabos, como por ejemplo: ¿Quién será el protagonista de mi historia? ¿Quién será el cómplice/aliado? habrá alguien que estará a tu lado, pero no hay que obviar que él también está escribiendo su propia historia y en eso se pierden los diálogos porque no tienen el mismo director, porque les ha tocado improvisar y tienen las mismas dudas de si el guión gira en torno a ellos o por el contrario tienen escenas con otros que al final del cuento, resultan ser los que se quedan con el crédito. Algunas veces queremos leer el final para tomar mejores decisiones pero eso no es posible porque podría modificarlo de alguna manera. 

Uno de los más grandes retos que he tenido en estos días, ha sido el quedarme sin respuestas, que hay cosas que simplemente no se explican y que se puede vivir con eso, hay que pasar la página y empezar a vivir el próximo capítulo, tal vez a medida que evolucione la trama esas respuestas lleguen-tarde pero lleguen-no podemos dejar de leer y menos de escribir porque a alguno de los actores se le ocurrió no asistir a la grabación, hay ausencias que pronto dejan de parecerlo. 

Hoy acepto que no tengo por qué saber las razones de quien no asistió a uno de los capítulos de la historia o quizás al resto, que solo tengo que enfocarme en seguir cumpliendo con la parte que me corresponde, no es más ni menos que vivir, que siempre queda menos tiempo del que creemos tener y que tenemos que hacer con eso lo mejor posible. 

Ya no busco respuestas, al final siempre asumiré la misma para mi tranquilidad, tus ganas de vivir y las mías...no combinan. 




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