lunes, septiembre 05, 2016

CUATRO SEMANAS

Cuando estudiaba psicología-en una clase de evolutiva-le comenté a una profesora que yo sentía que tenía mucho amor para dar, que me encantaría ser varias mujeres para poder vivir todos y cada uno de los amores que se presentaban en mi vida; estaba el tierno, el atrevido, el apasionado, el bohemio, el acaudalado e infinidad de propuestas que no podía tomar, a menos que me desdoblara o hiciera experimentos que solo duraran a lo sumo cuatro semanas ¿Qué son cuatro semanas para una relación? ¿Qué se puede vivir en cuatro semanas? creo que se puede elevar y caer de un solo golpe en el momento que se está en el punto más alto, con una gran probabilidad de que queden múltiples lesiones, algunas muy difíciles de recuperar y no me refiero al cuerpo.

La adicción al amor nos hace ver el mundo en dos tonos, uno rojo y otro sin color, el segundo sucede cuando no se tiene en quien colocarlo. El que ama tiene una especie de bunker con muchas provisiones, la mayoría de las veces desbordante. 

En nombre del amor se han escrito grandes historias; a quien no le engancha unas miradas cómplices, unas risas compartidas, unos abrazos reales, unos besos que se funden y unas metas que se alcanzan entre dos personas realmente comprometidas. 

Cuando amamos, podemos ir  muy lejos, y venir sin darnos cuenta de lo largo del camino, podemos ver el gris como un buen tono para cubrir la escena, miramos puentes donde hay grandes montañas que en realidad nos impedirían avanzar si realmente observáramos con objetividad. El amor ideal es una carga subjetiva muy alta, una ilusión perenne, unos castillos en el aire. 

El que ama siempre alberga una esperanza en el objeto amado, aunque ese objeto cambie...cada cuatro semanas. 



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