Apenas escribí el título de este post no pude evitar pensar en la canción del último día en la vida de Adan García, del panameño Rubén Blades; en ella se expresa la angustia de un hombre que sentía que no tenía control de su futuro y decidió arriesgarse o suicidarse de una forma menos ruda que el hacerlo con sus propias manos.
Todos en algún momento-por muy tranquilos que seamos-sentimos que algo es más grande que nosotros, que se escapa de nuestra comprensión y sobre todo de nuestro control, es cuando comienza un torbellino emocional que se moviliza a gran velocidad y con espacio suficiente para crecer de forma abismal.
Cuando realizaba pasantías en el psiquiátrico, lograba mirar más allá de un diagnóstico y notaba en las miradas de los pacientes una calma desesperada, tal vez estaban cerca de su próximo suministro de medicamento, ese que le permite biológicamente aplacar esa sensación mental que los hace perderse de la realidad.
Dicen que estar enamorado es muy parecido a un estado de locura-y sin duda es así-sientes todo de forma más intensa, es como si los sentidos se potenciaran a su máxima expresión y crece exponencialmente cuando no eres correspondido a plenitud, una incertidumbre que genera más displacer que placer y no logras dar con la veleta que le dará la dirección a tu barco, es confuso e inestable con olas que te llevan a un destino desconocido, a riesgo de quedar como un naúfrago en una isla cualquiera.
¿Qué hacer cuando la calma se va de paseo y sin fecha de retorno anunciada? Es esa pregunta que solo es posible razonarla cuando se tiene la capacidad de razonar; es decir, que ni pensar que enamorado darás con la respuesta, solo tienes que vivir la emoción y sacarle el mayor provecho, conociéndote un poco más de lo que ya lo haces.
No podemos buscar la calma en el lugar que la perdimos, no es igual que con la llave ¿Saben por qué? porque lo intangible-aquello que no se ve pero se siente-se encuentra solo dentro de nosotros y no en el lugar donde lo colocamos, internalizar esto nos hace ser dueños de nuestras emociones.
No existe nada más poderoso que alguien que se conoce, sabe lo que siente y logra expresarlo de la forma adecuada en el momento indicado. Sería lo más cercano a un Dios de sí mismo.
¿Y tú? ¿Sabes detectar tus emociones y trabajarlas a tu favor? ¿Sabes ser silencio sin gritos? ¿Sabes calmar la ansiedad desesperada con aquello que te libera?
La ansiedad representa exceso de futuro y hay que decidir si fantasear con estar en un lugar inexistente o aprender a vivir el presente con lo que esto conlleve.
No hay comentarios:
Publicar un comentario